New Fortress expone nuevamente la fragilidad energética de Puerto Rico

En el mundo empresarial, pocas cosas son más valiosas que la certeza. Es un asunto que reitero a mis estudiantes de cursos orientados hacia el empresarismo. Poder planificar, invertir y operar con estabilidad es clave para el crecimiento económico. En Puerto Rico, sin embargo, la crisis energética continúa siendo una barrera crítica para el desarrollo del sector privado y la atracción de inversión.

La situación reciente con la barcaza flotante de gas natural de New Fortress es un ejemplo claro de esta fragilidad. Lo que en teoría debía ser una solución temporera para estabilizar el sistema eléctrico se ha convertido en otro capítulo de incertidumbre. ¿Cómo atraer nuevos negocios o expandir operaciones cuando no se puede confiar en el sistema energético? Lo que está en juego no es solo la energía. Está en juego la recuperación económica, la retención del talento local, la competitividad global de nuestras empresas y, por supuesto, el bienestar colectivo. Puerto Rico tiene el capital humano y los recursos para transformarse en un modelo energético moderno y resiliente. Pero para lograrlo, es indispensable pasar de soluciones temporeras a políticas energéticas responsables, sustentables y sostenidas en el tiempo.

Como académica, apuesto a la incorporación de las universidades como actores clave en la transformación energética de Puerto Rico. La academia debe tener un rol protagónico en la formación de talento técnico y profesional, así como en la investigación aplicada para desarrollar soluciones innovadoras. Las universidades pueden ser incubadoras de proyectos energéticos, laboratorios vivos de energía renovable y aliadas estratégicas del gobierno y la empresa privada. El caso de New Fortress debe servirnos como otra señal de alerta.

Puerto Rico tiene el talento, el conocimiento para rediseñar su futuro energético. Las empresas de todos los tamaños necesitan algo más que “respuestas de emergencia”. Necesitan certeza: saber que el servicio energético será continuo, seguro y económicamente viable. Sin eso, se compromete no solo la rentabilidad empresarial, sino también la capacidad de Puerto Rico para atraer inversión, retener talento y competir globalmente.